El sábado el viento no quería despedir la temporada de vela latina y no vino a la regata.
Tomaron la salida 29 embarcaciones desde el Puerto de Silla, que organizó la prueba. Y lentamente llegaron al Pasillo de Antina. Los días de calma la navegación es tan lenta que da tiempo a mucho más.
Admirar las luces y los colores de la Albufera, conversar con los amigos, dormitar en el solito, hacer muy largo y muy largo el momento de despedirse.
Las barcas de Catarroja mejor clasificadas este año han sido «La Peixcadora» con Joan Casañ y familia como tripulación, «Ángel» con Antonio Selma y familia, y el barquete «Lebeche» con Blankita y Toni.
El principio del otoño marca el tiempo de extender y limpiar las velas, repasar las pareadas, reparar las barcas y esperar a que pase rápido el invierno, recordando los buenos momentos que hemos compartido sobre el lago con los amigos, las maniobras más arriesgadas , las rachas de viento favorable que cazó nuestra vela para llevarnos por delante…
La nostalgia llenará nuestro corazón hasta la próxima temporada.