Hay un trabajo por hacer
Y pocos días después tuvimos que afrontar el golpe más brutal que podíamos imaginar. Hicimos el tráfico en una nueva etapa escondiendo el vacío en el silencio, pasando de puntillas, sin ruido, convirtiendo su recuerdo en homenaje.
El 7º Curset salió adelante en el Puerto de Catarroja. Seguimos con las prácticas emparejando, simulando que el viento nos entra de través y tratando de navegar de cara al viento. Pasamos por la Asamblea Anual de la Asociación y los barcos saltaron al agua. Cómo iba a ser.
El sábado 25 fue el bautizo de verdad, porque algunos midieron lo fresquitas que son las aguas de la Albufera en febrero. El viento de Poniente siempre pone mala cara e hizo notar su mal humor, quizás porque no todos estábamos donde era necesario.
Sin embargo, el ánimo para seguir trabajando está entero y las ilusiones nacen de una idea muy clara: hay un trabajo por hacer, y nosotros tenemos la oportunidad de salir adelante.